El corazón de Atotonilco
Esta exposición la bautice con el nombre de “El Corazón de Atotonilco” representado por un corazón, como símbolo del amor, mi amor por México y mi amor por la transformación de materiales y piezas; un latido fuerte desde Atotonilco, el corazón de México, San Miguel de Allende, centro geográfico de la República Mexicana.
Y desde mi corazón, donde coloco mis intenciones, les comparto como a través de un sueño por hacer un mundo sustentable, transformé residuos en piezas únicas. Utilizando ropa, muebles, manteles, accesorios que la gente me donó porque ya no les servía.
Acostumbrados a sustituir lo nuevo por lo viejo, quise darle la vuelta y hacer lo contrario, como darle a lo viejo una nueva vida.
Cada pieza con su historia, diferentes formas y maneras se dieron para que llegaran a mi, magia materializandose en arte para dar paso a la transformación de cada textil, mueble y objeto. Escogiendo a cada uno por sus combinaciones y texturas únicas.
Una parte vital de este proyecto, fue contar con el apoyo de mujeres de la Colectiva Artesanal, con las que trabajo hace más de 10 años. Juntas hemos descubierto una nueva técnica de bordar, la del bordado pellizcado, ejemplo en piezas como Petunia Akumal, Lirio Palenque entre otras.
Las piezas de esta exposición reciben nombres de flores y pueblos de México.
Otro punto importante fue coincidir con dos artistas jóvenes de Celaya y Mexicali, Gaby y Edith, que buscaban nuevas formas de sustentabilidad y por medio de las redes sociales me localizaron. La pieza Jazmin Janitzio es el resultado de esta colaboración.
También se sumaron Miranda, talentosa artista que pintó el corazón y diseño la imagen de la Expo, a Celina Ochoa que me ayudó a la coordinación del evento, a Rodrigo de Llano por los audiovisuales y a mi hija Maya Galera que modelo algunas prendas de la colección.
Quiero seguir creando y transformando cualquier material que llegue a mi, bendita inspiración que hace latir mi corazón.