Quinta San Juan Capistrano
¿Hacia dónde voy y de qué manera?
¿Cómo evolucionar hacia lo que deseo seguir creando?
Estas fueron algunas de las preguntas que me hice cuando decidí dejar mi marca Mónica Fibras Naturales para nombrarla ahora Mónica Ramírez Valerio, como me llamo, además de mi firma que me representa muy bien.
En esta transición quise llevarme conmigo, lo que siempre ha sido la raíz de lo que soy: una apasionada de las posibilidades transformativas que el mundo natural nos ofrece cada día.
Soy artista y encuentro la libertad de ser lo que quiero ser y ser vulnerable en el intento.
Soy aprendiz constante del mundo natural; amante de los espacios salvajes.
Soy observadora incansable de la belleza que me rodea.
Me dí cuenta que para seguir creciendo debía regresar a lo simple.
Noté cómo mi concepción de la estética se ampliaba y ramificaba, abriendo y explorando aspectos antes no vistos.
Mi visión, siempre análitica, jamás radical, aunque sí definida en ciertos aspectos esenciales de los espacios.
Comprendí que todo aquello que había creado, todas las piezas y todos los objetos, habían estado enmarcados por algo más amplio: la construcción.
El paisaje que aprecio desde mi ventana, la nomenclatura de las casas y jardines que he creado en mi adorada Quinta San Juan Capistrano, en donde no sólo entré en contacto con la tierra a través del diseño de los jardines bien pensados, armónicos y rítmicos, sino también la intervención a las casas, el diseño arquitectónico y de espacios verdes. Hice de la arquitectura y el paisajismo mi nuevo rumbo.
Sentí todo lo que Mónica Ramírez Valerio es: artista, creadora, diseñadora, artesana y paisajista, amante y transformadora de los espacios y los objetos.
La Quinta San Juan Capistrano era un terreno vacío cuando llegué a San Miguel hace más de 21 años, ahora es un conjunto de posibilidades donde dialogan 6 casas desde su propia personalidad y privacidad.
En esta nueva fase veo el diseño desde una perspectiva más amplia donde creo instalaciones ambientales desde la fusión entre lo estético, la naturaleza, lo salvaje y lo espiritual.
Escrito por Milena Solot